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Dame de beber
- Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí”.
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Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo.
Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo.
Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. 11 La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo.
Jesús le dijo a la mujer: —Dame un poco de agua. 9 Como los judíos no se llevaban bien con los de Samaria, la mujer le preguntó: —¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy samaritana? 10 Jesús le respondió: —Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quién soy yo.
En Juan 4:1-42, leemos sobre el encuentro de Jesús con una mujer que conocemos como la mujer samaritana. La Biblia no nos dice su nombre, solo sabemos que era una mujer de Samaria y que su conversación con Jesús transformó no solo la vida de ella, sino la de muchos otros samaritanos.
El encuentro de Jesús con la mujer samaritana se narra en el libro de Juan 4:4-26 . En estos versículos, Jesús conversa con la mujer en el pozo de Jacob, revelándole su identidad como el Mesías y enseñándonos sobre el amor de Dios para todas las personas, sin importar su origen o pasado.
Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
