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Oct 21, 2024 · Con su estilo sutil y envolvente, Mariana Enríquez nos ofrece un relato perturbador en el que lo inexplicable permanece siempre al borde de lo visible, y donde lo más inquietante no es lo que vemos, sino lo que se oculta en las sombras de la mente y del tiempo.
"La casa de Adela", es un cuento de Mariana Enríquez publicado en la revista Orsai en 2012. Narra la historia de dos hermanos que viven en un barrio de Buenos Aires y se hacen amigos de Adela, una niña fascinante y misteriosa.
Sin embargo, “La casa de Adela” propone una vuelta de tuerca con respecto al célebre relato de King: al morir Pablo y quedar Clara sola, no deja de ir hasta la puerta de la casa. Clara sabe que Adela vive allí, y su presencia no es amigable, sino perturbadora.
Los nuevos autores hispanoamericanos parecen haberse desprendido de esta sutileza, introduciendo elementos fantásticos –en el caso de Mariana Enríquez son paranormales, sobre todo– sin complejos ni medianías. Así procede Mariana Enríquez en cuentos como “El desentierro de la angelita”.
Y, del segundo libro, la mujer que “se reía y la luz dejaba ver que le sangraban las encías”, en “El chico sucio”; o la amistad entre tres niños explicada así: “nos hicimos amigos de ella, mi hermano y yo, porque Adela tenía un solo brazo”, en “La casa de Adela”.
La protagonista cuenta que a ella no le dejaban ver las películas de terror. Un día pasaron por una casa fea, abandonada y la madre saltó de miedo. Adela y el hermano mayor querían entrar, se morían por descubrir que había dentro de la casa. Una noche lo hicieron.
Recuerdo, en este punto de la escritura, el epígrafe nietzscheano de la primera novela de Enríquez: “Cuando miras largo tiempo un abismo, éste también mira dentro de ti”, y no dejo de preguntarme qué es lo que atravesará al lector cuando la casa de Adela proyecte sobre él lo que no puede ser nombrado por las palabras.