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El poema “Canción de otoño en primavera” es uno de los poemas más famosos del célebre poeta nicaragüense Rubén Darío, máximo exponente del modernismo hispanoamericano. En él, con un tono general de añoranza, se refiere al tema de la pérdida de la juventud y el sentimiento de melancolía que produce.
Canción de otoño en primavera. Rubén Darío. Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Plural ha sido la celeste. historia de mi corazón. Era una dulce niña, en este.
Este poema pertenece al libro Cantos de vida y esperanza, publicado en 1905. Rubén Darío (1867-1916) ya era un escritor consolidado y respetado que se hallaba en plena madurez. La pieza está organizada en 17 cuartetos eneasílabos, actuando cinco de ellas como estribillo temático.
Canción de otoño en primavera. +. -. Escuchar este Poema. Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro... y a veces lloro sin querer... Plural ha sido la celeste.
Amar, amar, amar, amar siempre, con todo. el ser y con la tierra y con el cielo, con lo claro del sol y lo oscuro del lodo: Amar por toda ciencia y amar por todo anhelo. Y cuando la montaña de la vida. nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, Amar la inmensidad que es de amor encendida.
Allí va el dios en celo tras la hembra, 77 y la caña de Pan se alza del lodo; 78 la eterna vida sus semillas siembra, 79 y brota la armonía del gran Todo. 80. El alma que entra allí debe ir desnuda, 81 temblando de deseo y fiebre santa, 82 sobre cardo heridor y espina aguda: 83 así sueña, así vibra y así canta. 84. Vida, luz y verdad ...
Una voz poética insomne, que accede al “corazón de la noche”, reflexiona sobre la vida, las tristezas y las adversidades. Compara la vida con un sueño, con una “terrena ilusión”, para cerrar con un tono optimista, conmovedor, donde anuncia que escucha el “eco del corazón del mundo”.
