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Sep 30, 2024 · tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca te hicieron, de ti me fío, redondo seguro azar. La rosa como metáfora del amor y de la pérdida de este también inspiró a Pedro Salinas en este breve poema sobre el desamor ...
Mar 23, 2018 · Así, tras recordarnos a J. González Muela (prólogo a La voz a ti debida y Razón de amor, Clásicos Castalia, 1979) y estar de acuerdo con él en que la mujer referente de Pedro Salinas no es nadie idealizado, sino «una mujer de carne y hueso» (que ni Escartín ni González Muela desvelan), señala que:
Algunos de sus libros fueron La voz a ti debida y Razón de amor. Poetcast Pista 14. Pedro Salinas: Fe mía. Descripción: Fe mía No me fío de la rosa. de papel, tantas veces que la hice. yo con mis manos. Ni me fío de la otra. rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca te hicieron,
de la luz, de la flor y de Ios nombres, la verdad trasvisible es que camino. sin mis pasos, con otros, allá lejos, y allí. estoy besando flores, luces, hablo. Que hay otro ser por el que miro el mundo. porque me está queriendo con sus ojos. Que hay otra voz con la que digo cosas. no sospechadas por mi gran silencio;
No me fío de la rosa de papel, tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento. De ti que nunca te hice, de ti que nunca te hicieron, de ti me fío, redondo seguro azar. Fecha cualquiera ¡Ay qué tarde organizada en surtidor y palmera, en cristal recto, desmayo
Sep 7, 2012 · Salinas, la voz a ti debida, mortal y rosa. 7 septiembre, 2012 02:00. guardar. Luis María Anson, De La Real Academia Española. El poeta busca a la amada, por detrás de ella misma, traspasado ...
Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas. Lo que eres me distrae de lo que dices. No me fío de la rosa de papel, tantas veces que la hice yo con mis manos. Ni me fío de la otra rosa verdadera, hija del sol y sazón, la prometida del viento.