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  1. Oct 23, 2024 · Proclamación de la Palabra: Marcos 10,46-52. En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».

  2. Aug 31, 2018 · El centro de nuestra fe y la fuente de nuestra esperanza no se encuentran en un credo, una idea, una experiencia, una iglesia o una filosofía. Se encuentran en una persona: Jesús el Mesías. Conocerlo no solo es el principio de la vida cristiana, es toda la vida cristiana.

  3. Y por eso quiere la sanación la ceguera. Nosotros, ¿qué cegueras tenemos? Podemos ser indiferentes ante las situaciones diarias, los detalles de la naturaleza que son Regalos de Dios, nos hundimos en nuestras debilidades y no se las entregamos a Dios. Vemos a Bartimeo con mucha confianza a dejarse encontrar por Jesús.

  4. Apr 6, 2021 · Y ello desde dos actitudes fundamentales: la confianza y la esperanza. Jesús está cerca para tender su mano, pero nos exige fe, esa capacidad de invocar su nombre en medio de la angustia, de confiar en él.

  5. En él hallamos enfatizada la deidad de Cristo, la enseñanza del rapto de la Iglesia, que se destaca por primera vez. La esperanza de la Iglesia y la intimidad de la comunión entre el Señor y los Suyos, y el ministerio del Espíritu Santo, son todos ellos temas que enfatiza Juan en su Evangelio.

  6. Mar 5, 2021 · Hoy el Señor por medio de este mensaje nos recuerda que también para nosotros hay esperanza, sin importar que tan grande sea nuestro problema o nuestra crisis, sin importar que tan grave pueda ser nuestra enfermedad, para él no hay nada imposible.

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  8. 2 days ago · Marcos 10,46-52: Al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo —el hijo de Timeo—, estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús de Nazaret, empezó a gritar: —¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y dijo: —Llamadlo. Llamaron al ciego diciéndole:

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