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  1. en que hacerse convenía : el rescate de la esposa, que en duro yugo servía debajo de aquella ley : 5: que Moisés dado le había, el Padre con amor tierno : desta manera decía: «-Ya ves, Hijo, que a tu esposa : a tu imagen hecho había, 10: y en lo que a ti se parece : contigo bien convenía; pero difiere en la carne : que en tu simple ser ...

  2. también en soledad de amor herido. Esposa: Gocémonos, amado, y vámonos a ver en tu hermosura. al monte o al collado. do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura. Y luego a las subidas. cavernas de la piedra nos iremos, que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías

  3. también en soledad de amor herido. Gozémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte y al collado, do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura. Y luego a las subidas cabernas de la piedra nos yremos que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías

  4. en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor florecidas. y en un cabello mío entretejidas. En sólo aquel cabello. que en mi cuello volar consideraste, mirástele en mi cuello. y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos te llagaste.

  5. y el mosto de granadas gustaremos. Allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía, y luego me darías allí tú, vida mía, aquello que me diste el otro día: el aspirar del aire, el canto de la dulce filomena, el soto y su donaire, en la noche serena con llama que consume y no da pena; que nadie lo miraba, Aminadab tampoco parecía, y el ...

  6. Sep 29, 2013 · A usencia, tensión, movimiento: tres sustantivos que se bastan para articular, de manera excesivamente esquemática, el amor en el extenso poema del Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz. Porque el amor, para el fraile de Fontiveros, no es algo estático, como a veces se describe la experiencia mística, sino más bien un arco tensado ...

  7. 22. De flores y esmeraldas en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor florecidas, y en un cabello mío entretejidas. 23. En sólo aquel cabello, que en mi cuello volar consideraste, mirástele en mi cuello, y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos te llagaste. 24. Cuando tú me mirabas su gracia en mí tus ojos ...

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