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Eres un hombre de Dios, así que evita todo eso. Esfuérzate por seguir una vida de rectitud, dedicarte a Dios y tener fe, amor, constancia y humildad.
La buena batalla de la fe -Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la ...
11 Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. 12 Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.…
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, {pero} Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre. Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.
Los hombres de fe, como Abraham, Noé y Moisés, reflejaron esta fe viviendo conforme a la voluntad de Dios, incluso cuando las circunstancias eran adversas. Su fe se demostraba en su obediencia, perseverancia y en su esperanza inquebrantable en las promesas divinas.
¿Cuál es la relación entre Dios y el hombre? La Biblia nos revela que esta relación es de amor, cuidado y protección. Al acercarnos a Dios, experimentamos el beneficio de su presencia constante en nuestras vidas, su guía en momentos de dificultad y su amor incondicional que nos da esperanza y paz.
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Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.
